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11/09/2010

 

Hielos Continentales, el Cnel. Seineldín y los jóvenes de La Plata

En 1996 éramos todos jóvenes universitarios en La Plata. El tema urgente era nuestra Soberanía, y a nadie parecía importarle mucho (*), pero eran “los Hielos Continentales” y nosotros éramos estudiantes de Santa Cruz, la provincia de los Hielos Eternos.

Nosotros, los estudiantes de Santa Cruz, no teníamos un espacio, un lugar físico donde poder reunirnos. Aun no estábamos organizados como otros Centros de Estudiantes (los de Chubut o los de Rio Negro). Recuerdo que las primeras reuniones de los estudiantes de Santa Cruz, se hacían en la Facultad de Ingeniería y ahí fui, avisado por una joven estudiante de derecho.

En esa primera reunión, nos dividimos tareas y separamos en comisiones, por ejemplo; estaba la Comisión de Cultura –los que organizarían peñas y guitarreadas-, la Comisión de Deportes –esos que organizaban el “fulbito”- y estaba la Comisión de Investigación y Medio Ambiente –que abordaría la cuestión limítrofe-. Obviamente, ahí me anoté.

Las reuniones de esta Comisión de Investigación, se hacían en el domicilio particular de los hermanos Cristian y Carina Regensburger. Y la que marcó el ritmo de trabajo fue Carina Regensburger (la estudiante de Derecho). La consigna básica, era informar a la gente sobre el riesgo de entregar parte del sector Argentino de los Hielos, parte de los 3500 km2, y las estrategias que empleamos fueron varias: panfletear en la calle, asistir e informar en marchas en Buenos Aires y La Plata, tener presencia en los medios de información, y aunar esfuerzos junto a otras personas con el mismo objetivo: Voluntarias por la Patria, A.U.N.A.R., Centro Argentino de Estudios Estratégicos Nacionales –C.A.D.E.N.A.-, entre tantos otros, y agrupados en la “Comisión de Defensa del Hielo Continental Patagónico”. Para esto, decidimos impulsar la recolección de firmas, 100.000, para evitar la entrega del Territorio Nacional con ese mamarracho llamado “Poligonal”, y que solo se abordara el problema como correspondía, como una cuestión de Demarcación y no de Delimitación.

Todos colaboraban

No éramos muchos en esa Comisión (Carina, Cristian, Paula, Verónica, Fabio, Nelson, Sergio, Antonio y yo), así que el reparto de tareas fue sencillo, y a muchas cosas las hicimos entre todos, pero básicamente, la estudiante de Derecho, Carina, estudió bien a fondo el tema y se encargaba de redactar notas e informes para la facultad, los medios y para los diputados, Cristian visitó todos los canales de TV (junto al Lic. Rodolfo Koessler von Ilg, L. Mera. E. Martinez y R. Rivera), y finalmente entre todos nosotros redactamos el encabezado informativo de las planillas para las firmas, las cuales recogimos en calles y facultades, con amigos y familias del interior.

Que buenos recuerdos! estábamos estudiando, formándonos y trabajando por una causa. Sin saberlo estábamos iniciándonos en la “Acción” como la llama Jean Ousset.

“Estos nos tienen que ayudar…!”

De esa época de “Hielos”, hubieron muchas ayudas, pero hay una colaboración especial que muchos estudiantes de esos años desconocen, y fue como sigue a continuación:

De todas las revistas, diarios, e información grafica que pude conseguir en esos años, había solo dos publicaciones –a mi alcance y en La Plata- que decían las cosas por su nombre, una era el periódico “Gaucho Rivero”, que era editado por el VGM Jorge Vázquez, y la otra era “Identidad Nacional” (**). Esta última tenía muy buenos artículos de actualidad nacional e internacional y como así también de geopolítica, con notas sobre cultura nacional, historia, tradición, y Malvinas, con opiniones del detenido Cnel. Seineldín.

“Estos nos tienen que ayudar…!” pensé. Me contacté con la redacción y acordamos una reunión, para explicarles la tarea que habíamos emprendido, necesitando patriotas que ayudaran a difundir el tema y a juntar firmas. En esa misma reunión, me comunicaron telefónicamente con el “Penal Militar de Campo de Mayo” y a la semana siguiente allí estaba: con los “carapintadas”.

Todo lo que yo sabía de esa gente, era lo que salía en la prensa –y eran terribles autoritarios según esta-, pero uno de ellos, el Cnel. Seineldín había estado en Malvinas y por testimonios de los Veteranos de Guerra, el Coronel era un Soldado y un Jefe ejemplar. Y estaba por conocerlo.

En Campo de Mayo

Llego al puesto de guardia, se me hace la revisión de rutina. Inmediatamente soy recibido por el Cnel. Baraldini, quien me abraza cordialmente, y me presenta a los suboficiales y oficiales detenidos en pequeñas habitaciones. Luego vamos a conocer a los otros detenidos, los dos Coroneles restantes: Vega y Seineldín. Vega era una persona callada, de largos silencios y muy amable, y Seineldín…me dio un fuerte abrazo, con palabras de agradecimiento por la visita y felicitaciones por lo que estábamos haciendo.

Los tres coroneles estaban en una pequeña casita, donde me estaban esperando con el almuerzo. Dimos las gracias, me hicieron muchas preguntas, como yo también a ellos (tenía que aprovechar, nadie me iba a contar la historia, yo la estaba conociendo).

Ya en la sobremesa, el Cnel. Seineldín expuso brevemente en un pizarrón sobre la importancia de Argentina en el Cono Sur y sobre el riesgo que corría (y que corre) la Patagonia y la Argentina toda, en un estado de Indefensión como el actual.

Luego me toco a mí. Imagínense… en una semana, pasé de hablar con la redactora de una modesta revista nacionalista, a exponer ante tres Coroneles detenidos por un alzamiento militar. Ellos obviamente no desconocían el tema, (y bien que conocían la cuestión “Hielos”) pero simplemente querían escucharlo de un joven sureño. Me puse de pié, comenté los fundamentos, las actividades que estábamos realizando, y les pedí colaboración para recolectar firmas, esas 100.000 que necesitábamos juntar (y que superamos entre todos).

Ni bien terminé, Seineldín dijo en un tono fuerte y claro:

“Joven Germán!, esto que están haciendo es Patriótico! Estos son los gestos que nuestros jóvenes nos dan a nosotros, los grandes! Porque nosotros ya estamos viejos y ya hicimos lo que pudimos, pero la Patria, son ustedes también, y estoy seguro que podrán hacer mucho por ella!. Los felicito y cuenten con nosotros para lo que sea, estamos a su disposición!!”

Eso tenía el Cnel. Seineldín. Te hablaba con sencillez, pero con fuerza y sin palabras de más. Podía dirigirse a cualquiera, al modesto barrendero de la calle o al profesional, los hacía sentir como más nadie podía, los hacía sentir parte de algo trascendente y no inmanente. Así me sentí yo ese día. Así hizo en 1982 con los conscriptos del “25”, que son para la historia los “Bravos del 25”.

Les entregué planillas para que duplicaran y pudieran recolectar firmas en el interior del país. También pude conocer al Cap. Breide Obeid, el My. Romero Mundani, y al My. Hugo R. Abete y al Subof. M. M. Osores. Todos Caballeros y de palabra.

Todos ellos, a pedido del Cnel. Seineldín, articularon acciones con su gente en el interior. Así comenzaron a llegar planillas firmadas de Mendoza, Santiago del Estero, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, entre otras. También juntamos firmas, en cenas patrióticas organizadas en Avellaneda y Vicente Lopez, convocadas por “Identidad Nacional”.

En fin… el tiempo transcurrió, las firmas siguieron llegando, la “Comisión de Defensa del Hielo Continental Patagónico” hizo la presentación y la poligonal no se ratificó. Ellos paulatinamente recuperaron la libertad, y se reincorporaron a la vida civil.

Nosotros finalizamos nuestros estudios, formamos nuestras familias, y educamos a nuestros hijos, acá en el Sur.

Argentina, hoy es un triste reflejo de lo que fue, ni capacidad de disuasión tiene, estando más indefensa que antes. El Coronel lo supo, y lo anticipo detalladamente. Es tristísimo.

Son estas líneas entonces, el relato de cómo, sin condiciones y mediando solo el Honor de la Palabra empeñada; Seineldín y los carapintadas se pusieron a disposición de un grupo de estudiantes santacruceños.

Son el relato y mi recuerdo, de cómo se inicio una relación con un Soldado del Ejército Argentino y un Jefe de Malvinas, un hombre que con aciertos y errores, vivió como pensaba, siempre responsable de sus hechos y fiel a la palabra empeñada.

Gracias a el por el ejemplo y la lucha, gracias a el por vivir según Dios, por la Patria y para la Familia.

Ing. German Stoessel

(*). De hecho, el entonces Vice Presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, se refirió al tema como “unos pedazos de Hielo”.

(**). “Identidad Nacional” era el órgano de difusión del M.I.N.eI.I., (el Movimiento por la Identidad Nacional e Integración Iberoamericana, que conducía Mohamed Ali Seineldín).

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