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Fuente: Principios On Line 10/04/07

 

Latinoamérica: ¿Carrera armamentista o incremento en la capacidad de defensa?  
Por Carlos Andrés Ortiz

Desde varios medios periodísticos y firmado por diversos periodistas, en las últimas semanas pudo advertirse el incremento de cierto tipo de "opinión políticamente correcta", que bajo la forma de una relativamente sutil campaña mediática, pretende instalar la alarma ante la supuesta carrera armamentista que se habría desatado –siempre según esas fuentes- en Sudamérica.

Es interesante constatar que los armamentos comprados por o fabricados en Sudamérica, son de características básicamente defensivas, no siendo operativos para operar en grandes distancias, por lo que no representan amenaza concreta alguna para los centros del poder mundial, para los países del G 8 (los ocho países de la Sociedad Postindustrial) ni para otros continentes.

Y resulta muy claro que esas fariseas "voces de alarma" surgen recurrentemente cada vez que trasciende alguna nueva compra de armamentos por parte de la República Bolivariana de Venezuela, pero en cambio por ejemplo guardan silencio o apenas merecen algún sintético comentario, las persistentes compras de armas que sistemáticamente realiza Chile.

Pero más aún, esos comentaristas y comunicadores sociales supuestamente "independientes" pero en realidad a destajo –y posiblemente a sueldo de determinados grupos de poder-, no emplean el mismo tipo de razonamiento "pacifista" cuando se trata de evaluar los enormes presupuestos de defensa de las naciones más desarrolladas. Con tan solo una fracción minúscula de los monstruosos presupuestos militares de EEUU, de la UE, de Japón y de otras mega potencias militares (China, India, etc.), alcanzaría holgadamente para terminar con los flagelos del hambre y de las pandemias a escala planetaria.

Por otra parte, tanto EEUU como los principales países de la UE (Francia, Gran Bretaña, España y otros) crearon o –según el caso- tienen desde hace mucho, fuerzas especiales de despliegue rápido, capaces de intervenir en cualquier lugar del mundo. Es bueno hacer notar que América Latina es uno de esos "lugares del mundo" donde potencialmente podrían "intervenir para defender la paz" (eufemismo que encubre invasiones militares descarnadas y brutales), como las perpetradas en Los Balcanes, en Iraq, antes en Nuestras Malvinas, en el Canal de Suez, y un largo etcétera.

Ante ese cuadro de situación, y sobre todo considerando las desembozadas amenazas del establishment económico, militar y político de EEUU, Gran Bretaña, y otras potencias; que representan Bush, Blair y otros gobernantes del G 8, que en los hechos consideran como "bienes propios" –de ellos- nuestras riquezas naturales; no cabe ninguna duda que Sudamérica está en todo su derecho de incrementar su capacidad de autodefensa. ¡Y eso no es solo un derecho, es una urgente necesidad! Ya los romanos lo decían hace más de 2000 años: "si quieres la paz, prepárate para la guerra".

Ante las claras amenazas de invasión que recibió Venezuela, es lógico y totalmente coherente que preventivamente se arme en legítima defensa propia, para que a los osados potenciales invasores esa posible aventura bélica no le resulte un "paseo militar" como las invasiones a Panamá, Granada y otras naciones; y en cambio pueda significarles un pantano bélico sin solución, como Vietnam, Iraq y Afganistán. Cabe señalar que Panamá fue una "creación" de EEUU, secesionado de Colombia para que el Canal de Panamá pudiese ser construido sin interferencias, en una virtual colonia norteamericana.

La agresión británica sufrida en Malvinas hubiese podido repelerse con mucha mayor eficacia, de haberse tenido mejor equipamiento, logística apropiada, un adiestramiento adecuado para una guerra aeronaval, y una Doctrina de Defensa Nacional sin las anteojeras y mediocridades conceptuales de quienes se consideraban "defensores del mundo 'libre, occidental y cristiano' " (SIC) antes que Defensores de La Patria.

En el caso argentino, debe revertirse con la máxima celeridad el cierre –o extranjerización según el caso- de los diversos establecimientos que conformaban Fabricaciones Militares y todo el complejo de desarrollo tecnológico a partir del cual nacieron exitosos proyectos de ingeniería aplicados al área de defensa, como los blindados TAM, los aviones Pucará y Pampa, los submarinos, el proyecto misilístico Cóndor, el fusil FARA, cohetería de corto alcance, visores nocturnos y otros múltiples desarrollos. En los últimos años, algunos desarrollos del INVAP (empresa que es parte del Sector Nuclear Argentino), como los satélites y los radares, también pasan a ser importantes contribuciones tecnológicas para la Defensa Nacional.

CITEFA (Centro de Investigación Técnica de las Fuerzas Armadas) y el complejo industrial de Fabricaciones Militares, deben volver a producir tanto para abastecer las necesidades internas, como para incursionar exitosamente en los mercados internacionales, a los cuales puede accederse tanto por calidad como por precio y confiabilidad en la provisión de insumos y asistencia técnica.

Por otra parte, volviéndose al desarrollo actualizado del Plan de Defensa Nacional –eliminándose todo resabio del nefasto Plan de Seguridad Nacional impuesto desde EEUU vía Escuela de Las Américas y con la cobertura falaz del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), con seguridad deben también reverse los planes de estudio de nuestras Fuerzas Armadas, claramente vaciadas de contenido doctrinario Nacional desde hace muchas décadas, posiblemente desde la "libertadora" y en especial después de los enfrentamientos entre Azules y Colorados a comienzos de los años '60. Entre esa formación faltante, sin duda un conocimiento profundo de la Historia Argentina, desde la óptica revisionista y de clara concepción de Pensamiento Nacional, es una sentida necesidad.

Sin desconocer el caos causado por las diversas fuerzas insurreccionales de orientación marxista o filo marxista –que nos hubiesen llevado a un caos mayor aparentemente sin salida como es el caso de Colombia-, el cuadro de situación consecuente sembró odios, divisiones y confusiones en todo el tejido social argentino.

Pero no cabe duda que tan importante como saber manejar un fusil, es saber hacia donde apuntarlo. Y esa última frase, que a algunos podrá parecer un simple juego de palabras, cobra toda su real y fuerte dimensión, si advertimos que muchas veces Las Armas de La Patria se pusieron bajo el amparo doctrinal de las falacias del liberalismo y del neoliberalismo económico, con cerrados dogmas impuestos desde el exterior, y aceptados desde adentro por catedráticos que son colonizados mentales o directamente cipayos asumidos; mientras que "la claque" la formaban los comunicadores sociales mercenarios –aquellos que con su léxico muy directo Don Arturo Jauretche calificaba, con perdón por la cruda expresión- "los cagatintas del periodismo".

Por cierto no es sembrando odios entre civiles y militares como lograremos forjar Una Gran Nación.

Y para todo esto, al igual que en los aspectos socio económicos, políticos y estratégicos, seguimos adoleciendo la falta de un Proyecto Nacional, con criterio de grandeza y concebido como Políticas de Estado a largo plazo.

C.P.N. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Escritor y Periodista

 

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