04/04/07

 

Kelpers no desean el ingreso de familiares de caídos a las islas  

En primer lugar, los kelpers no tienen poder de decisión ya que es Gran Bretaña quien gobierna las islas. Y en segundo lugar, existe un Tratado que permite a los argentinos viajar a Malvinas y tercero, en ningún lado dice estar prohibido mostrar la bandera argentina...

Los isleños que simpatizan con Gran Bretaña, están enojados y fastidiados porque un grupo de Veteranos que viajó a las islas se ha fotografiado con una bandera argentina.

Andrea Clauswn, es la integrante más joven del consejo de gobierno de las Malvinas. Habla sin rodeos: “A mí, personalmente, no me gusta ver una bandera argentina en suelo de las Falklands”.

Más allá de sus sentimientos, la frase transmite el consenso de las autoridades locales, a las que les resultó ofensivo que cinco ex combatientes desplegaran el lunes una bandera argentina durante dos horas en el cementerio de los caídos, en Darwin.

Un consenso que quizá tenga consecuencias: ante periodistas argentinos, Clausen dijo que los veteranos “podrían, potencialmente, ser sancionados”, y advierte que en el consejo isleño “está en discusión” la autorización del viaje multitudinario de familiares de soldados argentinos fallecidos en la guerra, que estaba previsto para noviembre.

“No digo que no vaya a hacerse. Está en discusión: veremos qué pasa. Pero lo que digo es que actos como éste de la bandera son irritativos; no ayudan a que la población local vea favorablemente la llegada de cientos de deudos.”

Hay que rebobinar una semana: el día en que el presidente Néstor Kirchner resolvió romper los acuerdos de cooperación petrolera con Gran Bretaña, los isleños anunciaron que habían aprobado la concreción de un “viaje privado” de cientos de familiares.

Algo cambió con el “caso de la bandera”, ocurrido anteayer en Darwin, durante la ceremonia de los veteranos por el 25° aniversario de la guerra.

“Fue vergonzoso porque mucha gente podría sentirse afectada y reaccionar”, señaló Clausen. Un día antes, el veterano consejero Mike Summers ya había advertido sobre posibles “reacciones” de la gente local. También habló de “los inconvenientes” que generaba para la organización de la visita de familiares.

La Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas aspira a movilizar hacia Darwin a por lo menos un deudo de cada uno de los 649 soldados fallecidos en el conflicto de 1982. No hay precedente de semejante movimiento de argentinos en las islas después de la guerra. Los políticos locales tendrán que pagar un costo muy alto si "algo sale mal".

Las fotos de la bandera argentina al viento se parecen mucho a la definición de "algo mal".

La negociación principal se lleva a cabo entre la embajada británica y la cancillería argentina. Pero Londres siempre dijo que respetará la decisión de las autoridades de las Malvinas antes de aprobar el viaje.

"Quiebre de la paz"

Cuatro de los veteranos que protagonizaron el suceso sintieron ayer una primera respuesta a su decisión. "Nos robaron todas las placas", dice Daniel Marini, el dueño de la bandera. Acaba de llegar a la capital de las islas por primera vez en 25 años, junto con sus compañeros Guillermo Vélez, Ramón Robles y Eduardo Conde.

Vienen de Darwin, casi 100 kilómetros al Sur, donde habían pasado los primeros tres días de su regreso a las Malvinas. Marini relata que las 10 placas que habían dejado en el cementerio en honor a sus amigos fallecidos no estaban cuando pasaron a dar la última mirada al campo de las 230 cruces.

Están enojados por eso. Marini se quiebra al contarlo. Aparte de esa tal vez silenciosa represalia sólo notaron indiferencia en el pueblo.

Indiferencia o más bien viento. Las ráfagas de 50 kilómetros por hora desalentaban el uso de la calle. Ellos dieron la vuelta del perro por la calle Ross, frente a la bahía. Una vez a la mañana; otra a la tarde.

La temida reacción de los isleños no ocurrió. Pero Clausen adelanta qué podría sucederles a los ex combatientes si pasara: "No hay ningún artículo de nuestra legislación que impida flamear una bandera argentina. Pero sí existe el concepto de breach of the peace [ruptura de la paz]. Si un acto como éste generara una reacción social que rompiera la paz, podría potencialmente considerarse sancionable".

¿Qué pena podría caberles? Por ejemplo, que la policía les requisara la bandera, responde.

¿Molestó tanto a los isleños lo que hicieron con la bandera? Muchos no se enteraron porque no hay prensa diaria. Hubo comentarios en las radios, alguna cadena de correos electrónicos. Es un malestar íntimo, a lo sumo.

"No es tan terrible. A alguna gente le va a molestar; fue lamentable, pero no creo que vaya a despertar acciones dramáticas", dijo Jenny Cockwell, editora del Penguin News , único semanario local. En todo caso, no será tema de tapa de mañana, anticipa.

¿Entonces?

A los únicos que les importó el tema de la bandera fue a 2 de los 2.000 habitantes de las islas, pero como esos dos tienen el acceso a los medios masivos, armaron un teatro, que en definitiva a ningún isleño le interesa.

 

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