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17/11/06

 

Movilizados vs Veteranos, sumado a la ignorancia de los periodistas  

Ya ha salido en más de un medio de prensa la polémica sobre supuestos "veteranos no reconocidos", la prensa se confunde y alienta a la ignorancia de la gente común. Hablan de veteranos, como si fuesen aquellos quienes estuvieron en el continente, y también como dan como sinónimo la palabra "movilizado".

Un veterano de guerra participó de forma directa en el conflicto, jamás puede ser un movilizado que no tomó ni asistió una acción directa.

Vemos en la siguiente nota, como se confunde a los lectores:

Del "Diario La República":

veteranos y ex combatientes
Las heridas abiertas que la guerra de Malvinas dejó
Ambos grupos debaten el grado de importancia en la contienda. Quienes entraron en combate no quieren igualarse con quienes se quedaron en el continente.


El pedido de reconocimiento por parte de los veteranos de Malvinas a la Legislatura provincial hace que experiencias vividas por quienes defendieron a la patria en 1982 fluyan en lo menos conocido por la sociedad: la disputa entre quienes entraron y se enfrentaron al enemigo y quienes no entraron en combate. Un proyecto que recorre los despachos de los diputados correntinos y que desde hace algunos meses espera el debate legislativo, pondrá el punto máximo en la discusión. Una amenazante carpa de protesta en la plaza 25 de Mayo no hace más que poner en el acento en cuanto interesa la causa Malvinas. Las idas y venidas de la iniciativa, la espera de unos y otros en cada sesión, refleja el interés por avanzar en el tema. Pero, en rigor de verdad, no hace más que reflejar cuánto “interesa” traspasar la barrera de la indiferencia, muchas veces rayana en la miopía para analizar un tema tan profundo para los sentimientos patrios.
A casi 25 años de la más dolorosa experiencia para muchos adolescentes que fueron arrebatados de sus hogares para mandarlos al frente de batalla, sin experiencia, sin instrucción suficiente, sin comida y amparados muchas veces a “buena de Dios”, hace que la sociedad vea de qué manera las llagas todavía no cicatricen.
Salta a la luz en principio el pedido de reconocimiento de los denominados “Movilizados” por parte del Estado provincial para acceder a similares beneficios que los ex combatientes. Igualar en condiciones a quienes pusieron en peligro su vida en un contexto considerado como infrahumano con quienes estaban prestos a concurrir al combate, en las bases militares del continente.
Es difícil hallar esta diferencia, sólo entendible para quienes vivieron, padecieron y sufrieron los embates de una contienda generada por los vahos etílicos de quienes decidieron encarar una gesta de tan grande magnitud ante la tercera potencia militar del mundo.
Pero más allá de la disputa, muchas veces mediáticas, de los protagonistas de esta “nueva batalla malvinera”, la sociedad, sobre todo la correntina, hace la vista gorda como intentando desentenderse por los resultados de la guerra.
Mira de reojo cómo los hijos de esta tierra buscan su reconocimiento aún a costa de injusticias.
El padecimiento de muchos de los ex combatientes a lo largo de estos 25 años pasó de largo para quienes tienen la responsabilidad de brindar la contención de aquellos adolescentes y, fundamentalmente, de una sociedad que sólo recuerda lo ocurrido cada 2 de abril.
Es esa misma sociedad que hoy mira de reojo lo que ocurre en la plaza más importante de la ciudad.
Una herida sangrante, llaga dolorosa, no sólo para los “chicos de la guerra”. Muchos de ellos, hijos del “valeroso pueblo correntino”, esperan el reconocimiento no sólo económico sino también social, como paños aliviadores de la grieta que dejó en sus vidas el defender una lejana tierra austral, todavía en manos del invasor.

A la espera del debate Legislativo: Firmes posturas ante una realidad que no da margen para dilatar el debate social.

Marcan la diferencia. “El ex combatiente no es veterano”, y en ese contexto quienes entraron en combate durante la contienda de Malvinas plantearon sus diferencias con el proyecto de ley que los iguala. Los soldados que estuvieron en las islas o en otro frente de combate, como las batallas navales, no deben ser agrupados junto con las personas que se movilizaron hasta el sur del país en la época del conflicto con Inglaterra.
El resto “no sufrió lo mismo que los que estuvieron en combate”, sostuvieron y agregaron que colocar a todos en una misma denominación “es una falta de respeto para la causa de Malvinas y un bastardeo para los caídos en combate”, señaló Orlando Pascua, vocero del grupo.
“Hubo mucha gente que murió a nuestro lado y nosotros pasamos días sin comer. Llevamos 24 años luchando por nuestros derechos y por el de nuestros camaradas caídos en las islas. Nos parece una falta de respeto que ahora todos se quieran colgar de algo que demandó mucha lucha durante mucho tiempo y de que varios ex combatientes hayan fallecido después de la guerra, y ahora uno que fue chofer de un camión en la Patagonia, es lo mismo que uno que estuvo herido y sin comer durante cuatro días en la isla. No estamos en contra de ellos, pero sí queremos que los legisladores hagan notar la diferencia entre unos y otros, porque sin discriminación, en este caso, no todos tuvimos las mismas responsabilidades y queremos que eso quede en claro en la ley”, agregó Pascua. “Ellos son veteranos y nosotros ex combatientes, no podemos poner a los dos sectores en la misma bolsa, son totalmente distintos”.
Su lucha continuará, y estiman que la intención de los Veteranos del Toas es lograr el reconocimiento local, para luego reclamar beneficios nacionales. En este marco se da la reciente presencia de un grupo de ellos en la Capital Federal donde intentaron un reclamo similar frente al Congreso de la Nación.
Cuentan, sin embargo, con el apoyo de instituciones afines que en otros puntos del país insisten en la misma postura.

Reclamos a la Nación: Los veteranos afirman que no se igualan.

Con carpas desde hace varios meses, los enrolados en la Asociación del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur insisten ante la Legislatura la sanción de la ley que les otorgaría una pensión como veteranos de guerra.
Insisten en recibir el beneficio similar al que actualmente perciben quienes entraron en combate, aclarando en todo momento su diferencia con ellos.
Además, van por más. Días atrás hicieron llegar sus reclamos a las autoridades nacionales para que se accione en el mismo sentido que el proyecto de ley correntino.
Los integrantes del Toas solicitan el 80% móvil de lo que cobran los veteranos. “En nuestra asociación hay 600 soldados, no personal de cuadros, que han sido movilizados al Toas.
El movilizado es veterano de guerra. En EE.UU., por ejemplo, de los que fueron a Vietnam, de cada 5 personas, 4 estuvieron en la retaguardia y 1 en el frente. Nosotros no decimos que estuvimos en la retaguardia, consideramos que estuvimos en el Toas cumpliendo una función estratégica militar. Sin nosotros en ese lugar, ellos no hubieran estado. Constitucionalmente nos corresponde esa pensión”, había expresado semanas atrás a La República Francisco Fuentes, uno de los referentes del grupo, que, con carteles y pancartas, acampa frente al edificio de la Legislatura correntina. “Nosotros tenemos todas las expectativas y las apuestas en nuestra legislatura. Seguimos acá porque tenemos esperanzas de sacar nuestro proyecto de ley provincial”.
Ellos (por el TOM) se ofenden, dicen, creen y están haciendo creer de que si sale nuestra ley les va a perjudicar a ellos, y eso no es así, porque si sale nuestra legislación será independiente de la que tienen”.
Incluido en varias oportunidades en el orden del día, el proyecto regresa a la comisión respectiva para continuar con su estudio, de acuerdo a lo argumentado por los legisladores que deben analizarlo.
Cada sesión es un deambular de referentes de ambos sectores. Cuando el tema es salteado por los legisladores, la retirada se asemeja a aquel 14 de junio.

Las operaciones en las tierras del Sur. Zonas militares delimitadas para la estrategia de la guerra.

El Teatro de Operaciones de Malvinas (TOM) comprendió la zona de las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, como así también el área de mar circundante a este archipiélago.
El Toas (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur) fue el sector continental donde se apostaban los refuerzos para un eventual ingreso al combate.
Desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego, los diferentes regimientos y bases aéreas y navales era el lugar donde se encontraban los movilizados.
“Los del Toas son personas que nunca entraron en combate. Estuvieron en el continente y lejos estuvieron de vivir todo lo que padecimos el resto en las islas”, sostuvieron los ex combatientes.
Los ex combatientes (TOM) cobran, además de un dinero de las arcas nacionales, un subsidio de 700 pesos de la Provincia. Lo que reclaman los integrantes del Toas es cobrar el 80 por ciento de lo que cobran los demás.
La discusión de estos beneficios se dan 24 años después de la guerra. Mucho tiempo para una solución, para la búsqueda de justicia a un grupo de muchachos que dio todo a costa de no ser reconocidos hoy por una sociedad que pareciera querer esconder bajo la alfombra las heridas.

Enfoque
Diego Romero (De la Redacción)

Yo también quiero el subsidio. Cuando en 1982 cursaba el viejo sexto grado del Colegio Salesiano, una extraña sensación embargó a quienes por esos días ingresamos en la escuela como un día normal, y el director del colegio nos explicó qué estaba pasando. Extraña por cierto, porque muchas cosas se dijeron, muchas situaciones se vivieron, y mucha fue la desilusión cuando semanas después nos explicaron que habíamos perdido la guerra. Desde la suspensión de clases a todo tipo de estrategias para “poder ganar la guerra”. Cosas de preadolescentes, pero que hacían a cómo se vivía por esos días la tan lejana guerra.
Nos ilusionábamos con cada parte, mirando la televisión para que un señor de apellido Gómez Fuentes, a través del noticiero 60 Minutos nos dijera “estamos ganando”. La desazón fue muy grande. Tanto o más como tratar de entender, por ese entonces, cómo nuestro equipo favorito perdía la final de algún campeonato. Pasó un largo tiempo para que nuestros padres nos explicaran qué había pasado, y para que nuestra adolescente “experiencia de guerra” pueda ser superada.
La realidad golpeó. “La batalla de Puerto Argentino ha finalizado”, dijo un pétreo rostro militar también ante las cámaras de TV. También para los preadolescentes de aquel entonces la guerra golpeó. Por eso mismo, es que hoy también reclamamos un reconocimiento por el sufrimiento. Pero tal vez quien también deba realizar un reclamo sea la sociedad, que solamente quiere olvidar el pasado. Es esa misma sociedad la que también debe reclamar un reconocimiento. El reconocimiento de la memoria, la justicia para quienes combatieron, y así poder crecer y cicatrizar las heridas, que solamente son calmadas como cuando el perro lame sus llagas.

 

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