07 DE JUNIO:
LLEGO UN TESORO PARA MI...MUY ESPERADO
Nos levantamos
temprano, a las 05:30 Hs. desayunamos y a las 06:30 hs.
estábamos en la Base, había mucho viento, provocando una
llovizna de agua nieve.
El suelo y también las estructuras de
los aviones, estaban cubiertos por una "manta" o "capa" blanca dejada
por las heladas, ésta era muy resbaladiza lo que
provocó que se lesionaran dos compañeros, uno con
fractura de brazo y el otro con fractura de clavícula, los
más expuestos eran los mecánicos y armeros que
tenían que subirse sobre los planos de los aviones, fue en esa
oportunidad cuando se resbalaron y cayeron pesadamente,
causándoles dichas lesiones. Esta situación mejoraba
cuando salía el sol.
Al ponerme en contacto con el Departamento
Operaciones, me dijeron que probablemente hoy nuestro Sistema de Armas
no realizara ninguna misión puesto que la metereología en
las Islas era muy mala y el pronóstico no daba ninguna
posibilidad de que se revirtiera. Se aprovechó para realizar
inspecciones a los aviones y chequear sus respectivos sistemas
componentes.
A las 12:15 Hs. llegó un avión
de transporte Fokker F-27 que traía repuestos y encomiendas de
gente anónima, además venía una Delegación
presidida por el Suboficial Mayor Prats, Inspector de Armamento del
Comando de Material, quien realizó una minuciosa recorrida por
los lugares donde había elementos bélicos.
Una vez finalizado el control, notificó
las novedades encontradas que en su mayoría eran ocasionadas por
la falta de protección del material (chassis cañones,
bombas, misiles, portantes y espoletas) contra los factores
climáticos de la región -humedad y polvo- dando como
solución cubrir el armamento con carpas de lona o nylon.
El Comodoro Aguirre nos dijo que fue derribado
un Lear Jet por un misil inglés, arrancándole la cola a
dicho avión y falleciendo sus dos pilotos y los tres
tripulantes. Por los detalles que nos dió, tuvieron una muerte
horrible, ya que los pobres estuvieron concientes y transmitiendo por
radio hasta estrellarse sobre la Isla de Bordon.
Fuimos a almorzar en dos grupos. Al regresar,
el Mayor Rodeyro me dijo que fuera a la carpa que cumplía la
función de depósito que estaba a cargo del Cabo 1º
Carranza, quien me entregó una encomienda que había
llegado conjuntamente con los repuestos provenientes de Tandil.
Con gran apuro la abrí, encontrando
cartas de mis familiares, pero yo buscaba ansiosamente algo especial,
dejé las cartas para después, saqué salamines,
chocolates y masitas y por fin, allí estaba, en un rinconcito,
el tesoro que yo tanto esperaba, era la cajita conteniendo un cassette,
había un papelito que decía "para vos papi, Romina",
¡qué alegría! No sé cómo describirla,
así que me apresuré a pedirle al Mayor un pasacassette
chiquito que tenía él para poder escucharlo, me lo
facilitó amablemente, al ponerlo y escuchar la voz de mi
pequeña, se me escaparon unas lágrimas, la verdad es que
cansé a todo el mundo haciéndoles escuchar la
grabación.
Después, un poco más tranquilo,
me puse a leer las cartas, casi todos, por no decir todos, deseaban que
ganemos, especialmente mis primos, quienes se encargaron de escribir un
versito sobre los ingleses o la "señora" Thatcher.
Intentaré contestarles a todos,
diciéndoles que tratamos de hacer lo posible para ganar y que
ponemos nuestros mayores esfuerzos porque todo el país nos da su
confianza, para que ésto sirva como unión de los
argentinos por una causa justa, muy justa a nuestro entender, ya que
desde chicos cantamos con orgullo nuestro Himno Nacional y nos ponemos
de pie cuando lo hacemos, ahora más que nunca tenemos que estar
orgullosos de ser argentinos, tratando de elevar la Bandera hacia lo
más alto del cielo y así poder decir que hicimos algo por
nuestra patria, demostrando que nuestro país es libre y
respetado por todo el mundo, que nuestro suelo es más nuestro
que nunca y nadie tiene derecho a usurparnos ni un centímetro ,
muchos camaradas están dando su vida para defenderlo, nosotros
humildemente también ponemos nuestro granito de arena para
proteger nuestras Malvinas. Nos encontramos muy motivados en esta
guerra, no queremos defraudar a los miles de niños y
jóvenes, como mis primos, que en cada carta nos piden que
triunfemos.
Al terminar la actividad y llegar al Gimnasio,
juntamos los alimentos enviados por nuestros familiares y todos
compartimos hasta el último pedacito, demostrando la gran
camaradería que existe entre nosotros.
Así transcurrió otro día
sin misiones para nuestro Escuadrón, pero con la alegría
de haber recibido tantas cartas y especialmente el cassette con la voz
de mi hijita querida.