Porque seguimos afirmando que la causa de Malvinas es el órgano latente y vital que empuja ese torrente de argentinidad que le devolverá la vida digna al pueblo de nuestra nación, es que continuamos con nuestro acto simbólico de poner a Malvinas en las cumbres de las montañas de nuestra Patria.

El pasado 21 de Enero comenzamos la expedición hasta el Avión de los Uruguayos en el Valle de las Lagrimas, lugar donde descansan los restos de las victimas de la Tragedia de lo Andes, mundialmente conocida por la película “VIVEN”.

La primera jornada nos encontró llegando en vehículos hasta el puesto General Soler, al pie de la cordillera y a la vera del rió Atuel, donde se realizo el primer campamento, la primer misa y el primer fogón, estando cercanos a uno de los pasos trasandinos por donde pasó una de las cinco columnas de la epopeya libertadora, recordamos en la velada la magnitud de la gran gesta sanmartiniana.

El segundo día despunto con los primeros claros y con el relincho de los tres caballos que utilizaríamos para badear los caudalosos ríos. Con las mochilas cargadas de compromiso, comenzamos la primera etapa los 15 integrantes de la agrupación y los 4 invitados de honor. Alrededor de las 8 de la mañana cruzamos el agitado río Atuel y continuamos la dura marcha subiendo los primero montañas por un sendero que nos dejo a las 18hs en la orilla del río Barroso donde, después de badearlo, hicimos el segundo campamento a 2200 metros de altura y rodeados de un paisaje majestuoso.

La segunda jornada, la más dura, comienza muy temprano, antes de que salga el sol para disponer de buen tiempo en llegar a la cumbre y poder bajar sin ningún contratiempo. Paso a paso van pasando las horas, nunca se puede divisar la cumbre de nuestra expedición que va atravesando arroyos y montañas de una belleza deslumbrante, aunque el esfuerzo es muy agotador por la distancia y el terreno, sabemos que después del sacrificio viene la recompensa de haber cumplido nuestro propósito. Continuamos cruzando arroyos y ríos que nacen del deshielo, es inevitable mientras tanto ir comentando entre nosotros las experiencias de los uruguayos que pelearon contra la naturaleza para salvar sus vidas, la cordada se va empapando de mística, entre el sacrificio de esos hombres y el de nuestros combatientes de las Malvinas que siempre tenemos presente.

Pasado el mediodía, después de cada paso de sudor y lágrimas que los 25km de ascenso nos quitó, llegamos hasta el cementerio donde descansan los restos de las victimas del accidente a 3576m de altura, “El Avión de los Uruguayos”. Es inevitable emocionarse, no es una cumbre como las anteriores, aquí están las cruces, aquí yacen ellos, sus pertenencias que han quedado bajo el sol, el viento y la nieve como testimonio del sacrificio que durante tantos días hicieron por VIVIR.
Lo primero fue hacer un responso por sus almas, con sumo respeto a nuestros hermanos orientales, concientes siempre como decía Artigas, que una vez fuimos uno solo, en referencia a nuestros pueblos, y lo segundo fue clavar nuestro cartel acostumbrado que decía “MALVINAS a 3256 Km. VOLVEREMOS” y realizar un humilde acto para recordar la causa que nos mueve y a tantos compatriotas que dejaron sus vidas por la dignidad de la Patria.

“VIVEN” es la palabra que recuerda el sacrificio de los hombres de aquella tragedia de los Andes, y cuantas similitudes encontramos con la causa de Malvinas que aun lucha por VIVIR en el ceno de un pueblo que todavía no encuentra su destino de gloria.
Los uruguayos lucharon contra el crudo frió de la Cordillera de los Andes y la causa de Malvinas lucha contra el crudo frió del olvido. Los uruguayos lucharon contra el hambre y Malvinas lucha todavía por el hambre de honor que debe alimentar a la juventud argentina cambiando a los ídolos de cartón por nuestros héroes reales. Los uruguayos lucharon contra la desolación de saber que estaban aislados, que ya nadie los buscaba y que nadie los rescataría y así luchan también a cada instante, en la eternidad, las almas de aquellos que no descansan sino que esperan, desolados, aquel rescate en el cementerio de Darwin y en las aguas heladas del mar del Sur.
Con el alma desgarrada le gritamos a la Nación Argentina que nuestros muertos aun VIVEN, viven esperando ese sublime rescate, que no será de sus huesos, pues no tienen mejor lugar en el mundo para reposar que en ese criollo campo santo donde dejaron sus vidas, sino del coraje, del honor y del espíritu de éste, su pueblo, por el cual se inmolaron.

Los miembros de la Agrupación Sentimiento Argentino, estaremos por siempre en deuda con quienes nos dieron el honor de acompañarnos en esta expedición. Agradecemos al señor Ricardo Prado que acepto dirigir la expedición y que nos entrego en custodia turba malvinera del Glorioso Cementerio de Darwin y que al igual que a sus 15 hijos, nos cuido y nos llevo siempre por el sendero correcto, no por el mas fácil, sino por el correcto.
Al Padre Rodrigo Retes que nos acompaño celebrando la misa y realizando los responsos por las almas de las victimas del accidente y por nuestros caídos en Malvinas.
Al señor Pedro Mercado, eternamente agradecidos, por habernos enseñado tanto, no solo en la montaña donde, como nos enseño Hugo Abete en la expedición al Volcán Lanin, el espíritu del hombre queda al desnudo con sus miserias y virtudes, sino por el testimonio de su vida, de buen soldado, noble y fiel a su Patria, de buen católico, humilde y perseverante, y de buen camarada siempre dispuesto al sacrificio propio para aliviar al resto.

Expedición al VALLE DE LAS LAGRIMAS, “MALVINAS A 3256 Km”… Misión cumplida.

Integrantes de la expedición: Mario Dethler, Sebastián Falcón, Horacio Celis, Juan Galfano, Juan Ignacio Galfano, Francisco Galfano, Raul Vergara, Facundo Cardoso, Eduardo Pignolo, Ruben Maidana, Francisco Maidana, Juan Maidana, Lucas Niemiz, Jose Gaut, Ricardo Prado, Juan Prado, Pedro Mercado, Pro Rodrigo Retes y Tabaré Muñoz.

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