Fuente: Clarín 09/04/07

 

"Lo que se rindió fue la guarnición militar en Malvinas, no el país"  

El jefe del desembarco argentino sostiene que el gobierno no firmó ninguna concesión. Y que por eso Gran Bretaña mantiene una fuerte defensa en Malvinas. Entrevista de Clarín al Contraalmirante (RE) Carlos Busser...

Malvinas parece ser para él un disparador. A los 25 años de haber comandado el desembarco argentino el 2 de abril, el contraalmirante Carlos Busser, relata, interpreta y opina con pasión.

-¿Considera que hay algo que no se sabe aún sobre Malvinas?

-Hay cosas que se han dicho pero no se saben, que es como si no se hubieran dicho.

-¿Por ejemplo?

-Que los ingleses sabían que si seguían negándose a negociar como lo venían haciendo de 1965 hasta 1981/82, en algún momento la paciencia argentina se iba a agotar y que cabía esperar una acción militar. El embajador británico, a principios de 1982, les decía que la paciencia argentina no sería ilimitada.

-Cuando se dirigía a las islas, ¿usted creía que iba a la guerra, o que los ingleses no se resistirían?

-El 3 de abril ellos dijeron que mandaban una fuerza expedicionaria. Desde ese momento, cualquier militar profesional tenía que pensar que iba a haber una guerra y tenía que comportarse como si viniera una guerra.

-¿Desde el punto de vista militar, la guerra se pudo ganar?

-Es muy difícil decirlo. Yo creo que había un elemento muy condicionante para los británicos, que era la gran distancia. Pero no es serio afirmarlo, ni en contra, ni a favor. A mí me parece que nosotros luchamos duramente y lo importante es eso. Ellos jamás pensaron que iban a perder un buque de guerra y fueron siete.

-¿La guerra se perdió por la superioridad militar del enemigo, o también por errores propios?

-Las dos cosas. Napoleón decía que en la guerra gana el que comete menos errores.

-¿Se cometieron más errores políticos o militares?

-Las guerras se pierden porque el enemigo lo supera o porque a usted se le quiebra la voluntad de pelear. El 14 de junio se rinde la guarnición argentina que estaba en las Malvinas pero no se pierde la guerra. El gobierno argentino no se rindió, no firma ninguna concesión. Y eso creo que es lo esencial de todo lo que le estoy diciendo. Recién en 1989 el gobierno de Menem hizo un reconocimiento de que no hay hostilidades, pero hasta ese momento no tenían un cese oficial, y se vieron obligados a hacer enormes gastos y esfuerzos para mantener la usurpación.

-¿Y esa situación cómo se traduce hoy en el diferendo?

-Cuando dos países tienen una situación de conflicto así, a lo mejor uno de los países se siente en guerra y el otro cree que está en paz. Eso creo que nos ha pasado a la Argentina desde 1983 en adelante. Ellos han seguido sus objetivos nacionales que los llevaron a la guerra.

-¿Y nosotros no?

-Nosotros estamos convencidos de que estamos en paz. Pregúntele a cualquiera y le va a decir que las relaciones con Gran Bretaña son excelentes. Pero en realidad, ellos se comportan como que todavía están en guerra y mantienen la guarnición que mantienen. Eso por supuesto también le pasó a los diplomáticos argentinos.

-¿Les sigue pasando?

-Me parece que sí. Nunca se le ha hecho una propuesta interesante al gobierno británico.

-¿Por ejemplo cual?

-Que a ellos les resulte conveniente el negocio y evitarse los gastos y los esfuerzos en que incurren.

-¿Qué significó en su vida personal el episodio Malvinas?

-El día que uno va a la guerra, los mira a los soldados y se pregunta cuál de éstos mañana no va a estar. Me consolé pensando: "Bueno, a lo mejor sos vos el que no va a estar". Yo lo he visto al capitán Giachino en un charco de sangre, y a los dos heridos que estaban al lado de él, muy graves los dos. Y eso le condiciona a usted para toda la vida.

-¿Usted se siente responsable?

-Yo mandé 1.659 hombres para la defensa. Murieron treinta y uno. Tengo presente el nombre de todos ellos. Sé dónde combatieron, sé dónde murieron, porque uno es responsable de eso. -¿Tiene reproches que hacerle a la conducción de la guerra?

-No. Muchas veces confundimos los errores de los niveles inferiores como si fueran errores del nivel superior. Aquí ha sido fácil echarle la culpa a la Junta militar, y casi se han convertido en tres chivos expiatorios, cuando en realidad, hay estados mayores que debieron resolver cosas.

-¿Usted es optimista sobre el futuro de Malvinas?

-Soy un optimista condicionado. Si no hay firmeza para demostrar que nunca vamos a ceder, hay que ser pesimista. Ahora, yo estoy seguro que los británicos saben que nunca vamos a ceder. ¿Por qué? Porque nos han visto actuar y no se olvidan.

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