Fuente: LaNación 18/04/07

 

El último censo de las islas  

Las autoridades coloniales de las islas Malvinas dieron a conocer, en marzo pasado, los resultados del censo que llevaron a cabo el 8 de octubre de 2006...

Por Hipólito Solari Yrigoyen

Las autoridades coloniales de las islas Malvinas dieron a conocer, en marzo pasado, los resultados del censo que llevaron a cabo el 8 de octubre de 2006. Es útil hacer un breve análisis del él para tener una noción ajustada de la incidencia de los datos registrados en la vida de la sociedad isleña, ya que algunos comentaristas que visitaron las islas con motivo del 25° aniversario de la guerra de 1982 divulgaron datos aislados de los que sería posible deducir conclusiones políticas no siempre bien fundadas.

El censo ha revelado que en las islas viven 2955 personas. De éstas, sin embargo, se podrían excluir 477 civiles, que han sido llevados al archipiélago para trabajar en conexión con la guarnición militar, pero sin integrarla.

Los miembros de las fuerzas armadas y sus familiares no han sido incluidos ni en este censo ni en los otros que se efectuaron después de la guerra, en 1986, 1991, 1996 y 2001. Se calcula, sin embargo, que unos 2500 militares trabajan en la base de Monte Agradable, consumiendo un presupuesto anual de unos 150 millones de dólares, que pagan los contribuyentes del Reino Unido.

Sin contar, entonces, esas 477 personas vinculadas al cuartel militar, la población real es de 2478 habitantes. De esos 477 mencionados, 310 son hombres y 169, mujeres.

En el censo anterior, de 2001, la población real fue de 2379 habitantes; vale decir que entre los dos censos ha habido un aumento de 99 personas. Si incluimos, como lo hace el censo, a los que trabajaban en conexión con la guarnición militar, que en 2001 eran 534 personas, el aumento de la población en 2006 es aún menor, ya que se reduce a 42 habitantes. Esta pequeña evolución demográfica no sirve, en realidad para probar nada nuevo ni a favor ni en contra de los legítimos reclamos de la Argentina.

La población colonial, a lo largo del tiempo, ha tenido siempre pequeñas fluctuaciones. Por ejemplo, en 1911 se inscribió a 2272 habitantes; en 1931, a 2392; en 1946, a 2239, y en 1953, a 2230. En esos años no había guarnición militar permanente como hay desde 1982. Si comparamos la población actual de 2995 con la de 1991, que era de 2091, la diferencia parece grande, pero hay que tener en cuenta que hasta el censo de ese año no se incluían las personas en conexión con la guarnición militar, lo que recién se hizo en el censo siguiente, de 1996, en que se registró a 443 personas en esa categoría.

La mayoría de los habitantes está constituida por la franja de los que tienen entre 30 y 55 años de edad. Los longevos, de ochenta años o más, viven casi en su totalidad en la ciudad y son 52. Por el sexo, los hombres, que son 1569, superan a las 1386 mujeres. Los casados son 1151; los hombres y mujeres que viven en parejas de hecho son 124; los solteros, 816; los separados, 67; los divorciados, 193, y los viudos, 193. El censo no menciona la existencia de parejas de un solo sexo.

Hay una gran desproporción entre el número de los que viven en la única ciudad de la isla y los que no viven en ella. Del total de 2995 habitan en Puerto Argentino 2115; en el resto de la isla Soledad 194; en la Gran Malvina 127; en otras islas 42, y civiles en la base de Monte Agradable, 477, como antes se ha dicho. Los nacimientos, en los cinco años que comprende el actual censo, fueron 148 y los decesos, 87.

La histórica población de Puerto Luis, o Puerto Nuestra Señora de la Soledad, en la que gobernaron Luis Vernet y otras autoridades argentinas y, con anterioridad, los españoles y el navegante francés que la fundó, Luis Antonio de Bougainville, es sólo una localidad donde existe el casco de una estancia. Dejó de ser un pueblo cuando los ingleses la abandonaron, en 1844, para trasladarse a Puerto Argentino.

Un dato importante por lo exiguo es el número de los nativos de las islas. Ellos son apenas 1339: 663 hombres y 676 mujeres. Esta cantidad es apenas superior a los habitantes que provienen del Reino Unido y de la colonia de Santa Helena, que suman 1232. No todos los nativos que figuran con domicilio en Malvinas permanecen en ellas, ya que son bastantes los que trabajan en Londres o algunos otros lugares del Reino Unido.

Los argentinos que han nacido fuera de las islas son 29: 15 hombres y 14 mujeres. Estos compatriotas han obtenido permisos de residencia, algunos precarios, otros confirmados, en razón del parentesco con algún natural del archipiélago (esposos, hijos). Los que no tienen esos vínculos, o que teniéndolos, en determinados plazos no obtienen empleo, no son autorizados a residir en las islas. A algunos periodistas que viajaron recientemente les llamó la atención que hubiera 29 argentinos, lo que interpretaron como una novedad. Sin embargo, es apenas un pequeño aumento sobre los 25 que registró el censo anterior y de los 22 que figuraron en el censo posterior a la guerra. La radicación en las Malvinas está absolutamente controlada por las autoridades coloniales desde la usurpación de 1833 hasta la actualidad. Es una sociedad cerrada. Entre los extranjeros, el censo ha inscripto a 161 chilenos, 28 alemanes, 26 neozelandeses y de otras nacionalidades en menor número.

El español es la segunda lengua de las Malvinas, ya que lo hablan 227 personas. Los cristianos son 1985 y los no creyentes, 931. La religión judía tiene un solo miembro, que vive en la base militar de Monte Agradable. Los bahá i son 12, los budistas 5, los musulmanes 9 y los adherentes a otros credos 11. A las religiones cristianas se las ha incluido en un conjunto en el que no se hacen distingos entre los anglicanos, que son amplia mayoría, seguidos por los católicos y luego por los evangelistas. La imponente catedral anglicana Christ Church, consagrada por su más importante obispo, Waite Hockin Stirling, en 1892, fue en otra época la cabeza en toda América del Sur. La célebre iglesia católica Santa María, dedicada a Stella Maris, tiene también más de un siglo, pues fue inaugurada en 1899. En ella predicó el padre salesiano Mario Luis Migone, un uruguayo que vivió treinta y tres años en las islas y que fue un público defensor de los derechos argentinos sobre las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. El es un prócer en la historia de la reivindicación argentina de las Malvinas.

En materia de trabajo, en los hechos, las mujeres no tienen igualdad de oportunidades con respecto a los hombres. Son 1120 los hombres con empleo y 786 las mujeres. El desempleo existe, pero es reducido, alcanza a 26 hombres y 66 mujeres, aunque tal vez sea algo mayor, porque algunos desempleados pueden estar anotados en la lista de los que no trabajan, sin especificarse si lo hacen por propia voluntad o porque no consiguen empleo.

En materia de viviendas el censo deja entrever el déficit existente en la ciudad. Los alquileres y la propiedad tienen un valor elevadísimo. En general el costo de vida es considerablemente alto en las islas y no es equitativo eludir su cita cuando se mencionan los sueldos elevados. Los trabajadores viven bien, con los inconvenientes de toda sociedad aislada, pero sin capacidad de ahorro.

En las Malvinas se han hecho 19 censos. Los dos primeros, de 1851 y 1861, recogen, sólo como estimaciones, las cifras de 287 y 541 habitantes respectivamente. Hasta 1951 la población se medía cada diez años. Los siguientes censos se recogieron con diferencias entre los 15 años, como el de 1946, y 6 años, como el de 1986. Desde entonces, se censa a la población cada cinco años. El censo de 1851 fue un reflejo de la política colonial de ignorar los antecedentes argentinos en las tierras usurpadas. A nuestros compatriotas se los identificó como "españoles". Antes de este censo, en 1838 y en 1842, se hicieron sendas listas de pobladores.

Los isleños no son parte del conflicto de soberanía existente entre la República Argentina y Gran Bretaña, en las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, como consecuencia de la fractura de nuestro territorio nacional que provocó la usurpación de 1833 y la expulsión de los argentinos.

No obstante, todo lo relacionado con el interés de la actual población debe ser tenido en cuenta, por nuestro compromiso de respetarlo ante las resoluciones aprobadas por las Naciones Unidas y por la cláusula constitucional que nos obliga a que la recuperación de los territorios australes ocupados por el Reino Unido se hará respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional.

El autor es senador nacional (M.C.); escribió Malvinas, lo que no cuentan los ingleses .

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