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Fuente: Diario Perfil

20/01/2009

 

Veterano de Malvinas criticó la falta de presupuesto en el Ejército y fue dado de baja  

El comandante del II Cuerpo, Sergio Fernández, tuvo que marcharse a su casa después de lanzar duras críticas contra la conducción de la fuerza. Cuestionó la falta de presupuesto, y el deterioro de las unidades y de los vehículos de combate. También se quejó por la “tardanza” con la que llegan los recursos a los cuarteles. Los oficiales jóvenes debaten el caso por mail.

Las ampollas que juntó el general Sergio Fernández reventaron durante la ceremonia de asunción del teniente coronel Sergio Lugones como nuevo jefe de la Base de Apoyo Logístico de Curuzú Cuatiá, en Corrientes, un día antes de la Nochebuena. Ese fue el primer efecto del encendido discurso que lanzó contra la conducción del Ejército. El segundo efecto fue su inmediato pase a retiro.

Durante su último acto de servicio como comandante del II Cuerpo, Fernández cuestionó la falta de presupuesto, la situación de los vehículos “con años de trajín”, el abandono de las instalaciones y el poco reclutamiento. Así, este veterano de Malvinas y paracaidista compulsivo dejó en evidencia que el jefe del Ejército, Luis Pozzi, no logra apaciguar el malestar que reina en las filas por esos déficits.

El infante Fernández está catalogado como “un profesional que está alejado de las intrigas políticas que suelen atacar a los generales”, pintó un subalterno del general. “A él lo único que le interesaba era que sus hombres salgan al terreno. Era un buen soldado, y siempre estuvo apegado a las leyes y los reglamentos”, añadió un oficial retirado que compartió más de un destino con el ahora ex comandante.

Las críticas que soltó en público corrieron como reguero de pólvora entre los correos electrónicos de algunos mandos medios y de los jóvenes oficiales y suboficiales que veían en Fernández un modelo a seguir.
“Con sólo ver nuestras instalaciones, cuántas veces abandonadas y recicladas, recuperadas y mantenidas. Nuestros vehículos y nuestros sistemas con años de trajín, de mantenimiento a veces incompleto”, así comenzó Fernández su ráfaga de tiros por elevación contra la conducción de la fuerza. El mortero del general apuntó directamente contra la falta de presupuesto y la supuesta desidia que hay para obtenerlos: “Si vemos nuestros recursos financieros, exiguos, difíciles de obtener, tardíos en la obtención. Si vemos el escaso personal que tenemos disponible; uno podría tentado de poder decir la tarea no es posible de realizar, porque no dan los números, sencillamente por eso. No dan los números en los recursos y en el tiempo”, disparó.
Endulzó los oídos de la tropa al explicar que “si las cosas se han hecho y si se seguirán haciendo, sin ninguna duda es por el corazón, la inteligencia, el coraje que cada uno de ustedes como equipo o individualmente pone en la tarea”.

Pero no fueron éstas las frases que molestaron a Pozzi. “Una unidad no es sólo su bandera de guerra, no es su destino geográfico o su cuartel, no es su armamento o su vehículo. Una unidad es, junto a su bandera, esencialmente el corazón de las personas que la integran; sean éstas militares o empleados civiles”. Pozzi sabe entender los mensajes del mundo castrense.
“Lo único que hizo fue resaltar el papel de los efectivos del Ejército”, atajó un oficial que forma parte del esquema que dejó armado el ex jefe de la fuerza y ahora procesado teniente general Roberto Bendini. Desde la cartera que conduce la ministra Nilda Garré tomaron los dichos de Fernández con cautela aunque avalaron el pase a retiro dispuesto por Pozzi.

Garré congeló el desarrollo de un tanque
En el Ministerio de Defensa nadie quiere hablar oficialmente del blindado Patagón, un proyecto cuyo costo inicial ascendía a los 23 millones de dólares para la construcción de 40 tanques.

Tampoco se menciona una denuncia “anónima” que llegó a manos del auditor interno de la cartera que conduce la ministra Nilda Garré. La presentación, que habría realizado un coronel, lanza sospechas sobre irregularidades y sobreprecios, y apunta al jefe del Ejército, general de división Luis Pozzi. En base a esta información, la funcionaria decidió a fin de año suspender el proyecto.

A mediados de noviembre de 2005, el Patagón fue calificado por el teniente general Roberto Bendini, cuando era jefe del Ejército, como “uno de los principales logros” para equipar a la fuerza. El encargado del proyecto era en ese momento el jefe de la Dirección de Investigación, Desarrollo y Producción del Ejército (DIDEP), el general Pozzi. El Patagón es un híbrido que mezcla bateas SK-105 adquiridas a la firma austríaca Steyr y torretas AMX-13 de un tanque de origen francés de la década del 50. En definitiva, lo único que se hacía en el país era el ensamblaje.

El Ejército adquirió cuatro bateas a través de la DIDEP y una vía el Comando de Arsenales. Por cada una de ellas se habría pagado más de 1,9 millón de pesos, cuando en el mercado tiene un valor de 590 mil pesos. Fuentes del Edificio Libertador señalaron que el proyecto fue cancelado por “problemas de costos”. Hasta ahora, sólo se armaron cuatro tanques y se está ensamblando uno más.

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