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  31/12/07

 

Cuando Morón marchó a la guerra  

Alumnos y docentes de la Escuela de Educación Media Nº 11 América Libre de Morón sur, inauguraron un mural en la plaza Evita, en homenaje a Mario García Cañete, vecino del barrio y soldado que falleció en combate durante la guerra de Malvinas.

Por Gustavo Montiel

Asimismo, estos alumnos de 3º de la modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales realizaron el trabajo de investigación Mario García Cañete, soldado de Malvinas, hijo, amigo, compañero, alumno, vecino, contamos tu historia..., coordinados por la profesora María del Carmen Bacigalupo y con el apoyo del Centro de Veteranos de Guerra de Morón. También los chicos plantaron en esa plaza el Árbol de la Esperanza y la Vida.
La historia de este soldado permite recrear aspectos poco conocidos del conflicto. Durante 4 ó 5 años posteriores a la guerra, los padres de García Cañete tenían esperanzas de encontrarlo con vida, porque desconocían su paradero.
Mario García Cañete se desempeñó un año como soldado en el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado Nº 10, Coronel Isidoro Suárez, de La Tablada. Cumplía tareas administrativas. Ya había sido dado de baja. Cuando estalló la guerra en 1982, lo convocaron nuevamente junto a todos sus compañeros.
«Nosotros no queríamos que fuera, queríamos hacer cualquier cosa, sacarlo, esconderlo y después mandarlo a España... pero él quiso ir, quiso ir… yo tuve una charla con él, a solas. Como él era maestro de inglés, le digo «ponete en el Hospital, porque ahí no van a tirar una bomba... y ahí va a haber muchos chicos ingleses y vas a poder ayudar. No-dijo- Yo quiero estar con mis compañeros», contó Celia, su madre.

La vida
Mario García Cañete nació un 9 de octubre de 1962. Vivía en la calle Humahuaca, junto a su mamá Celia, su papá Mario y su hermano Luis, 4 años menor. A los pocos años la familia se mudó a la calle Soldado Mario García Cañete 3258, ex Marco Avellaneda, en el Barrio Belgrano de Morón sur. Ávido lector, culto, a los 7 años empezó a estudiar inglés y a los 18 se recibió de profesor de ese idioma. Estaba en 3º año de francés y estudió un año de teatro vocacional. Entre otros autores, leía a Pablo Neruda. Con vocación por la enseñanza, impartió lecciones a un hombre que necesitaba rendir el 6º grado para ingresar un trabajo. Marito lo preparó y aprobó. Su proyecto era estudiar Filosofía y Letras, para seguir luego la carrera diplomática. Quería ser embajador.
García Cañete había realizado la educación primaria y secundaria en el Colegio Parroquial Nuestra Señora del Buen Viaje de Morón. Por ese entonces, la directora del establecimiento era Virginia Gamba. La legendaria Catita lo designó guía en la peregrinación a Luján y llegó a ser abanderado de la Bandera Papal.
«Acá no se hablaba del tema, de la guerra se empezó a hablar después de un tiempo. Después se puso la placa», contó la profesora Ana María Vidal, actual vicedirectora y que en ese tiempo enseñó a Marito las materias de Física y Química. Dos años después, en 1984, la entonces directora Virginia Gamba realizó una ceremonia de homenaje y colocó una placa con el nombre de Mario García Cañete en la entrada del Colegio. Su familia y amigos, en cambio, se resistían a creer en su muerte.

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